Lo primero que nos trajo el tercer mes del año fué la esperada visita de mi hermano "Ale" desde Santo Domingo, en la cual a pesar de la apretada agenda que para esa semana tenía, logramos sacar tiempo no sé de dónde y concretar un sin numero de actividades, algunas programadas, otras improvisadas, pero con buenos resultados.
Una semana antes de la visita, había ido con el grupo de las clases de finlandés, a un parque en Helsinki donde se practica deportes de invierno llamado Paloheinä. Allí todavía parte de toda la nieve que había caído durante todo el invierno permanecía intacta. Por eso estando allá pensé en que bueno sería traer a Ale cuando viniera y tratar de hacer algo diferente y que en teoría sería imposible de hacer en Dominicana. Así que no perdimos tiempo y precisamente lo primero que hicimos fue ir para allá. Al principio queríamos intentar alquilar un par de esquís, pero los altos precios de estos y el saber que ahí solo se podía practicar el cross-country ski (osea, el aburrido, no el que es bajando montañas), nos hicieron decidir por algo super económico y sencillo, pero mucho más divertido: El "Laskea pulkkamäkeä", que no es más que una versión nórdica del bajar en yagua por un barranco, a excepción de que se hace sobre nieve y con una especie de trineo de plástico llamados "pulkka". A mi parecer la decisión fue todo un éxito, descendimos unas cuantas veces las colinas, tiramos unas cuantas fotos y comprobamos el "descenso" temerario de los niños finlandeses, quienes no tenían ningun temor de bajar por pendientes practicamente imposibles y brindarnos, a los extraños del lugar, un buen espectáculo de velocidad, caídas y risas. Al final, entre una ligera nevada y unos paisajes interesantes, pasamos un rato super agradable y comenzamos con buen pie lo que prometía ser una buena visita.
Los 3 protagonistas en descenso bestial
La semana siguió su curso entre actividades, caminatas, restaurantes, cafés, etc... destacando la cómoda visita a un conocido "spa y parque acuático" en el centro de entrenimiento de un famoso hotel de la zona, algo que se está convirtiendo en ingrediente escencial del paquete turístico que ofrecemos Eveliina y yo a quienes nos visitan. Como dice la canción : "más de uno lo querrá atestiguar" (jajaj!!).
Así mismo las bajas temperaturas que todavía arropaban a Helsinki, nos permitieron hacer otras actividades al aire libre, como por ejemplo: el caminar sobre el mar congelado y el patinar sobre hielo. La primera de estas, aunque no tenga mucha espectacularidad, es algo que por lo menos a mí no deja de asombrarme. El ligero temor que te dá el caminar sobre una capa de hielo, sabiendo que debajo de esta se encuentra el mar, es una sensación excitante que deja en evidencia la magia que a veces la naturaleza nos ofrece.
Sobre el patinaje sobre hielo, solo les puedo decir que las horas invertidas en el desaparecido y extrañable "mundo sobre ruedas" han dado sus frutos. Si bien es cierto que distamos mucho de alcanzar un nivel promedio de patinaje sobre hielo, el ya inexistente "club de patinaje", donde celebramos tantos cumpleaños, nos dejó una base escencial para al menos mantener cierto equilibrio y no pasar vergüenza ante el experimentado público local (se han visto casos!!! tembleque bestial!!!). La pasamos super bien y con ganas de no abandonar la pista, ya que con cada minuto que pasaba, el progreso era algo evidente y modestamente considerable.
El extinto mundo sobre ruedas, con su clásico disco-patín y el inolvidable ritmo robótico del "mot-ciclón moto-ciclón"
El Ale y yo en progreso paulatino y constante sobre el hielo
Las chicas locales mostrando sus habilidades y uno que otros atributos
Para despedir la oportuna visita de mi hermano, decidimos salir a cenar a un aceptable restaurante, e intentamos no pensar mucho en la cuenta, abrimos un poco los limitados bolsillos y disfrutamos un más que respetable manjar.
Siguiendo con el apurado mes de marzo y volviendo a mi todavía nueva vida cotidiana, poco es lo que les he hablado sobre el curso de las mañanas que vengo tomando desde principio de enero hasta la fecha. No se trata mas que un curso de integración, por así decirlo, a la vida laboral en Finlandia, donde te enseñan como funciona el mundo laboral local y donde te dan ciertos "tips" de cómo conseguir trabajo. El curso viene acompañado con clases de finlandés y algunos programas cocurriculares como: salir a patinar, esquiar, visitas al teatro, visitas a museos, cocina finlandesa y otro tipo de actividades similares que te hacen recordar un poco tus tiempos en el colegio. Si bien es cierto que muchas veces el programa parece un poco tonto o infantil, hay otras cosas de la que siento que ha valido la pena el haberlo tomado. Me refiero a la parte del programa que incluye el realizar una práctica laboral en alguna compañía, con el fin de aprender finlandés, aprender sobre la forma de trabajar en Finlandia y tener la oportunidad de conseguir un trabajo.
Precisamente en el pasado mes de marzo daba inicio dicha parte del programa, y cada uno de los estudiantes teníamos la misión de encontrar un lugar donde realizar dicha práctica. Sabiendo lo difícil que ha sido buscar y encontrar un trabajo aquí, no me sentí totalmente optimista sobre tal búsqueda, ya que aunque el centro de educación te ayuda en lo necesario, al final la busqueda era totalmente individual. Por dicha razón tuve que recurrir a Eveliina para que me ayudara a formular una lista con las compañías que me interesaban y con los respectivos números de contactos a quienes llamar. Después de elaborar una lista con casi 20 diferentes compañias, para sorpresa mía, la primera compañía con la que contactamos, inmediatamente se mostró interesada y fue posible fijar una entrevista.
No sé qué fue más preocupante, si el no tener qué ponerme para la entrevista, o imaginarme en una entrevista en finlandés. Al final unos nuevos jeans y una camisa vaquera bastaron para dejar atrás la primera de mis preocupaciones y así concentrarme solo en cómo desenvolverme para la entrevista. El día llegó más rápido de lo esperado, y entre finlandés, inglés y algo de español (finglish-spanish, mejor dicho), me defendí lo suficiente como para lograr realizar mi práctica laboral en esa compañía. De momento se están desarrollando positivamente, en un ambiente ya conocido y con el idioma como única dificultad.
Coge el pieni one, vamos a la kauppa que on very lähellä (spanfinglish patentizado)
Como dije anteriormente, no es un trabajo, sino una práctica laboral como parte del programa del curso que estoy tomando, donde una vez acabada la práctica, la compañía sin estar en la obligación de hacerlo, puede optar por contratarme o no. Todavía no sé si la compañía anda en busca de alguien (espero que si!!), pero de momento, el finlandés que trato de hablar con el ingeniero, el español que hablo con la arquitecta (es colombiana) y el fin-glish que hablo con uno de los compañeros, me dan suficiente trabajo al día y alguna que otra idea de lo que hipotéticamente me esperaría en dicha compañía.
Terminando con el ya indescriptible mes de marzo, este terminó con sensaciones encontradas. Lo digo porque a pesar de que terminó con un clima fatal, totalmente mojado, frío y gris, con una "mini fiebre" incluída, todavía nos quedaba otra grata visita. Al menos el tema "clima" no fue necesariamente una preocupación, ya que el visitante de turno vive prácticamentes por las mismas latitudes y está más que aclimatado al a veces incómodo clima nórdico. Me refiero a la visita de mi casi-hermano Román desde la vecina Noruega.
Aunque el tiempo en las prácticas me "medio" limitó a pasar full time con el otro "forastero nórdico", las actividades no cesaron durante toda la semana. Rápidamente (friendo y comiendo), entonamos con algunos amigos un par de cervezuanas en un concurrido bar en el centro de Helsinki, rendimos y exprimimos el tiempo lo más que pudimos, y de esa forma entre restaurantes, cines, ferias, cafés, bares, barcos, boliche, juegos de squash y una larga noche de sing star, marzo terminaba de la misma forma que había comenzado, ocupado entre visitas agradables e incansables actividades.
Al final poco me puedo quejar sobre el departamento de visitas, ya que en tan solo 1 año y 3 meses, he tenido la suerte, a pesar de las distancias, de contar con la frecuente presencia de familiares y amigos (algunos hasta repetidos), que han hecho aún mejor mi indefinido tiempo en Finlandia.
Nota: y eso que todavía estoy a la espera de otros que ya se han apuntado y manifestado sus planes de visita. Vengan to' c...ño!!!!!